A principios de Abril me dijiste ser felíz, recuerdo tu voz eufórica, con carcajadas y llamadas largas donde tocabas la sinfonía más bonita al acariciar las cuerdas de tu guitarra y tu voz de fondo arrullandome por cada noche estrellada deseandome un "ten buenas noches".
Extraño: dejaste a quién te ama, por tu descontrol emocional. .