Okay, lee con atención. (Parte ll)
2 Jun, 2018
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Continuamos:

Me desperté muy feliz y muy temprano, pues almorzaría en tu casa, tú mamá me había invitado. Ya iba en camino, escuchando música, con un calor horrible, pero al menos iba sentado en el transporte público .
Había un tráfico horrible y yo ya quería llegar a tu casa. Por lo tanto, me bajé del transporte y caminé exactamente 12 cuadras largas; pero no me importó cuánto debía caminar, pues solo quería llegar a ti. Llegué a tu casa, tú mamá muy cordial me saludó, me sonrió y juré que ya me amaba. Tú mamá pidió el almuerzo mientras tú me mostrabas tu casa. Yo no quise ser muy atrevido y por eso no mostré mucha importancia a tu casa (no sabía que cuando alguien te muestra su casa, te está mostrando su privacidad, te está confiando muchas, muchas cosas). Al momento de llegar a tu habitación, solo me detuve en la entrada y observé rápidamente cada cosa, pues no quería molestar mucho.

Ya sentados en la mesa, almorzando frijoles, carne azada, arroz blanco, plátano maduro, ensalada verde y Coca-Cola, tu mamá intentaba conocerme, me preguntaba cosas, pero también me contaba cosas. Fue bello ese momento, y muy dentro de mi pensé “quiero repetirlo, quiero acercarme más, se siente que son una familia hermosa”. Se acabó el almuerzo y no había loza por lavar, pues almorzamos en platos desechables y justo yo quería mostrar que era capaz de lavar lo que sea.

Después, tomados de la mano, llegamos a aquel parque, y caminamos, caminamos y caminamos hasta que nos cansamos y nos sentamos. Empezamos a hablar y yo intencionalmente intentaba provocar que me besaras. Me acosté en el pasto, tú te acostaste a mi lado, yo me senté e intenté nuevamente provocarte, hasta que ¡pum! ¡Lo logré! Me encontré con esos labios rosaditos, únicos y hermosos. Y de nuevo, como en el cine, el tiempo se detuvo, mi corazón dejó de palpitar, pues se encontró con un corazón que le robó la respiración.

Sin más, nos fuimos a tu casa mientras seguíamos besándonos (cosa de locos). Ya después salimos a jugar fútbol, yo estaba muy feliz; pues era mi sueño jugar contigo y lo cumplí. Cansados nos sentamos, mientras unos niños jugaban y nos molestaban. Y yo trataba de decirte que no nos siguiéramos besando ya que estaba mal sin que seamos novios. Pero ¿a quién quiero mentir? Yo soy el primero que quería besarte, no podía dejar de hacerlo.

Y se acabó este día, un día más hermoso junto a ti.

Y tú te fuiste, yo también me fui.
Aunque me prometí no escribirte más.
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