¿Cuáles son mis objetivos? ¿Cuál sería mi rutina ideal?
¿Qué hábitos no son buenos para mí?
La disciplina es el resultado de la consistencia. Trabaja en tus tareas diariamente.
La clave es empezar con pasos pequeños y manejables, construyendo gradualmente hasta que la disciplina se convierta en parte de tu vida diaria. Acuérdate de tenerte paciencia y mucho amor propio