Supongo que a veces ya no puedes más. Tu límite ya tiene fin .Ya no hay vuelta atrás. Tu desgaste emocional es tan grave que no sabes que hacer. Estás parado entre la cara y la cruz.
Vas con cuidado de no dañar a la gente, cuando tú estás más dañado que nadie. Intentas medir tus palabras cuando sabes que aunque las midas, nunca nadie estará satisfecho con ellas. Tu personalidad se esconde detrás de una capa de miedo, de impotencia, de temor. Y tan solo te queda una cosa más por hacer, rendirte.
O eso crees tú.
Al final, las cosas pasan y todo cambia. Ningún día es igual que otro, ya sea por una secuencia de segundos mínima, nunca es igual. Todo lo que una vez te dolió, dejará de hacerlo. Esos momentos donde tu mente estaba por colapsar, luego los verás como una pequeña historia, una anécdota.
Y es que al final, los malos momentos son anécdotas del pasado que pasan a ser eso, anécdotas.