Cuántas veces dijiste sí para que otro no se sintiera mal o quizás lo disfrazaste con un "tal vez", un "puede ser" o un "no sé", cuando en realidad dentro de ti era un gran NO.
NO porque me lastima, porque va en contra de mis principios, mis valores. NO porque me hace daño, porque me limita; pero imagínate nos enseñaron a ser "educados".
¿Por qué te pones los límites qué no eres capaz de ponerle a otros?
Esa falta de límites termina perjudicando tu vida en muchas áreas.
Con el dinero, empiezas a tener deudas e intermitencias porque no puedes decirle que NO a malas inversiones, a gastos innecesarios para complacer a los otros.
Tu cuerpo sufre de sobrepeso porque terminas cargando el peso de otro, y aumentando su volumen para poder sostener todo lo que estás acumulando en tu mundo emocional.
En tus relaciones solo atraes personas que no están disponibles emocionalmente para ti, pero igual te quedas por si cambian de opinión.
El primer amor es el propio .
La salud, el dinero y la compañía sentimental son consecuencias y reflejo de ese amor a ti mismo.
Empieza a poner límites, verás qué bien se siente, qué liberador es.