- Capítulo 21-
Las conversaciones interminables que no tienen ni pies ni cabeza, suponen una pérdida total de tiempo y energía, y sobre todo, son propias de personas superficiales, cuyo único aliciente es tener algo de qué hablar, de darle a la lengua incansablemente, a pesar de que todo lo que dicen sea absurdo y sin ningún interés para la persona que escucha el pestiño que le están dando y que muchas veces tan solo lo hace (y con un gran esfuerzo) por educación, aunque en ocasiones, es preferible pasar por ser un individuo mal educado, que tener que soportar un terrible dolor de cabeza.
Continuará…
Fran Laviada