- Capítulo 18 -
No siempre el silencio de las personas, significa miedo a expresar lo que piensan. Muchas veces no decir nada, significa decirlo todo, y lo más importante es lo que uno se calla, y no lo que uno cuenta, para que los demás lo entiendan .Lo que no se dice, es el mensaje, para los que sepan o quieran leer entre líneas, y si existen dudas, se acompaña el silencio con ese idioma universal del gesto, que todos entienden, ya que la cara del ser humano es multilingüe, y como ejemplo, no hay más que ver cómo en un momento dado pueden entenderse con una simple mirada un carnicero de Osaka que apenas domina el Japonés, su idioma natural y un casi analfabeto campesino del Altiplano Boliviano, que a duras penas sabe distinguir las vocales y consonantes del rico lenguaje castellano.
Por otra parte, hablar sin parar, como cotorras, con palabras vanas y frases sin sentido, transmitiendo una comunicación absurda, la verdad es que no tiene mucha lógica, para eso es mejor quedarse mudo, sin realizar ni un solo movimiento muscular, que pueda sugerir la más leve apertura de la cavidad bucal.
La conclusión final, es que aunque sea el sonido el que arme más ruido, es sin embargo el silencio el que realmente en muchas ocasiones, se hace notar.
El silencio también tiene sonido, solamente hace falta emplear el tiempo necesario para saber escucharlo.
“Qué espléndida laguna es el silencio allá en la orilla una campana espera pero nadie se anima a hundir un remo en el espejo de las aguas quietas”
(El silencio. Mario Benedetti)
Continuará…
Fran Laviada