Recuerdo la primera vez que lo vi. Estaba detrás de su escritorio y no me generó efecto alguno .Era tan común y corriente, tan parecido a todas las personas que ni siquiera llamó mi atención.
Supongo que así de ordinarias lucen las almas gemelas cuando te encuentras con ellas. Y es que en ese momento, no logras dimensionar ni imaginar, lo que esa persona será capaz de generar en tu interior tiempo después. Cuando revela su verdadera identidad, cuando desnuda su esencia y parte tu historia en dos. Cuando te das cuenta de que todas las leyendas que creías absurdas hasta entonces sobre amores eternos, corazones conectados con un hilo rojo y almas gemelas, tal vez si sean reales.
Inicialmente, te rehusas a creerlo, luchas contra esos sentimientos inexplicables, contra esa necesidad de la otra persona, intentas alejarte de ella, pero todo esfuerzo finalmente fracasa cuando vuelves a mirar a los ojos a esa persona destinada para ti. Simplemente se escapa de la razón, de la lógica, de todo argumento coherente y se pone en duda todo lo que anteriormente llamaste amor.
Y te enamoras tan irresponsablemente que dejas a un lado tu tranquilidad emocional con tal de vivir al máximo, cada segundo junto a tu persona favorita. Ocurre tan rápido que no te das cuenta en que momento perdiste el control de tu vida y que todo, absolutamente todo está condicionado a la sensación de bienestar o malestar que te genere esa persona. Si ella actúa según tus expectativas, todo marcha de maravilla. Por el contrario, si ella se sale de ese contexto... caos total. Todo tu día se acaba de ir al infierno.
Y así, entras en un círculo vicioso de subidas y bajadas permanentes y de inestabilidad emocional porque te conviertes en adicto a esa nueva droga a la que pretendes llamar destino.

Hasta que un día tu alma gemela, te aterriza a la realidad y te muestra el verdadero propósito de su llegada... enseñarte un amor donde no existen los apegos y mucho menos la palabra para siempre. Y es que rara vez, llegan para quedarse y es en ese momento, donde obtienes la más grande lección sobre verdadero amor y sus consecuencias.