Los límites son soldados alertas que protegen cada esfera de tu vida, custodian tus ideas, tu cuerpo, tu mente libre.
En tiempo de guerra, cuando alguien te traiciona o te hiere están al mando. Sin embargo, con el tiempo deben bajar las armas al no ver más peligro.
Cuando borras el rencor y no lo escondes, cae de tus hombros esa pesada carga.
Sal y explora bien las áreas ocultas dentro de ti, encuentra tu mejor versión, mantente a su lado y no la sueltes; dale amor del bueno, acaricia su dolor y permítete sanar.
Recuerda que para el corazón el amor es el aire.
No podemos vivir sin amor, él, es el combustible de la vida misma.