Vivimos en una sociedad que fomenta el quedarse en la línea de meta, en vez de arriesgarlo todo. Donde es más sencillo imaginar las cosas, que asegurarnos de lo que en verdad está pasando .
Preferimos vivir en una mentira bonita que en una realidad cruel. Donde besamos antes de amar. Preferimos un regalo bonito aunque esté vacio por dentro. No sabemos reconocer cómo de grande es un problema. Lo que es insignificante nos parece un mundo, y sin embargo, nos reímos de los verdaderos problemas. Elegimos una estrella fugaz en vez de el Sol. Nos ofrecen el universo y nos quedamos con una galaxia.
Somos tan estúpidos que no valoramos lo que tenemos. Nos pasamos nuestros días con una venda en los ojos. Ojalá que esa venda se nos caiga pronto, porque si lo hace demasiado tarde nos arrepentiremos. Nos arrepentirmos de no haber sabido darle la prioridad e importancia a ciertas personas, de no haber amado el interior de alguien, etc. Y ojalá que nos sea demasiado tarde... No hay nada más horrible que vivir sabiendo que perdiste el amor de tu vida sin luchar por él, que perdiste a un amigo por no saber dar tu brazo a torcer y sobretodo, darte cuenta que no eres feliz y has malgastado tu vida.