Ella era dulce, mandaba mensajes, dedicaba canciones e imágenes tiernas.
Le gustaba dar los buenos días y preguntar: ¿Cómo estás? ¿Qué tal tu día? ¿Ya comiste? ¡Qué llegues bien!
Ella buscaba, iniciaba la conversación y era la última en responder, mostraba sincero interés.
Daba su tiempo y le parecía la mejor inversión, reía con las ocurrencias, y disfrutaba la presencia, nada más había, nadie más existía cuando él a su lado estaba...
Ella era tierna, sensible, pasional, abierta, valiente y arriesgada... hoy ella ya no existe.
Recibió ausencias, olvidos, mentiras, engaños, traiciones, fue juego cuando creyó ser verdad...
Hoy ya no busca, exige ser buscada.
Hoy ante la ternura responde con sarcasmo.
Hoy ante la ternura da indiferencia.
Hoy ante el romanticismo otorga carcajadas.
Ella era buena, hoy es una mujer herida por las decepciones y por ende desconfiada.