No me regales mil rosas.
No quiero un ramo de rosas echo con unas manos que no son las tuyas.
No quiero mil rosas preciosas y brillantes pero carentes de significado.
No quiero mil rosas pagadas.
No quiero mil rosas perfectas.
Quiero que seamos nosotros mismos y con el chándal,las deportivas puestas,el pelo revuelto y despreocupados por aspectos y apariencias, cojamos nuestras mochilas y andemos.
Un largo paseo por senderos de campo.
Una larga charla.
Unas cuantas bromas.
Ensuciarnos de barro haciendo tonterias.
Algún enfado tonto.
Andar y andar hasta que nos duelan los pies.
Y ya de camino a casa me despiste y tú vengas por detras y me ofrezcas una rosa.
Esa rosa cualquiera.
Esa rosa imperfecta.
Esa rosa solitaria.
Esa rosa que a los ojos de los demás tiene todos los defectos que una flor puede tener.
Lo que ellos no saben es que esa rosa es mi rosa perfecta porque a sido cogida por tus manos con el fin de acabar en las mías .