Nuestro corazón es un tesoro invaluable que debemos cuidar y nutrir. De él emanan todas nuestras acciones y decisiones .

8 Pasos para restaurar y sanar tu corazón

1. Decide ser sanado: debes entender que no eres culpable de lo que has vivido, pero si eres responsable de lo que hagamos con nuestras heridas. Tenemos que buscar a Dios el sanador por excelencia. La mujer del flujo de sangre quien luego de intentarlo todo, entendió que solo Jesús tenía el poder para sanarla. “Él sana a los quebrantados de corazón, Y venda sus heridas.” Salmos 147:3


2. Dejar de sentir lastima por ti mismo: Esto es una emisión negativa por que te quita la esperanza de hoy y del mañana, debes confiar que, aunque estés pasando tiempos adversos Dios tiene un plan mejor para tu vida. “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” Jeremías 29:11


3. Reconocer nuestras acciones y dejar las excusas: Aprende a reconocer si haz actuado mal y dejar de culpar a los demás por ella. “El pecado, pues, está en aquel que sabe hacer lo bueno y no lo hace.” Santiago 4:17


4. Reconoce que no eres el único que sufre: Debes entender que no somos los únicos que sufrimos, existen otras personas que también tienen padecimientos. “al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo” 1 Pedro 5:9-10


5. Perdonar: El perdón no es u sentimiento es una decisión no un sentimiento. La falta de perdón se compara a tomar veneno y esperar que sea el otro quien recibe el daño. El perdón te libera. “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; más si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.” Mateo 6:14-15 “Más bien, sed benignos los unos con los otros, misericordiosos, perdonándoos los unos a los otros, como también Dios os perdonó a vosotros en Cristo.” Efesios 4:32


6. Ayuda a otros: Ayudar a otros no solo beneficia a quienes reciben la ayuda, sino que también te permite salir de ti mismo y enfocarte en las necesidades de los demás. Al servir a los demás, cultivas gratitud, compasión y un sentido más profundo de propósito. “Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos, mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.” Mateo 25:40


7. Aprende a ser feliz: La felicidad no es un destino, sino un viaje. Aprender a encontrar la alegría en las pequeñas cosas y a cultivar una actitud de gratitud te permitirá disfrutar más de la vida, incluso en medio de las dificultades. "Estad siempre gozosos; oren sin cesar; den gracias en toda situación, porque esta es la voluntad de Dios para ustedes en Cristo Jesús." (1 Tesalonicenses 5:16-18).


8. Identidad: Tu identidad no se define por tus logros o fracasos, sino por tu relación con Dios. Al comprender que eres amado incondicionalmente por Dios, puedes liberarte de los miedos y las inseguridades que te impiden vivir una vida plena. "Porque sois hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas." (Efesios 2:10).

Sanar el corazón es un proceso continuo que requiere compromiso y perseverancia. Al aplicar estos pasos y cultivar una relación más profunda con Dios, podrás experimentar una transformación profunda en tu vida. Recuerda que no estás solo en este camino, y que Dios siempre está contigo para guiarte y fortalecerte. "Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús." (Filipenses 4:7).