Vestirse según la temporada no solo es una cuestión de moda, sino también de funcionalidad y comodidad. Cada estación del año trae consigo cambios en el clima que influyen en los materiales, colores y estilos que mejor se adaptan a la ocasión.
En primavera, las prendas ligeras y los colores pastel o tonos vivos toman protagonismo .
Durante el verano, la prioridad es la comodidad en temperaturas altas. Los vestidos sueltos, camisetas de algodón y shorts son básicos, junto con sombreros y gafas de sol como accesorios clave. Los colores claros y estampados tropicales dominan esta temporada.
En el otoño, se empiezan a usar capas más gruesas. Los suéteres, chaquetas y bufandas en tonos cálidos como marrón, burdeos y mostaza son esenciales. Materiales como el denim y la lana fina destacan, ofreciendo estilo y protección contra el clima más fresco.
Finalmente, en invierno, las prendas abrigadas son imprescindibles. Los abrigos, suéteres gruesos y accesorios como guantes y gorros se convierten en protagonistas. Los tonos oscuros y neutros, como negro, gris y azul marino, son populares, aunque los toques de color en bufandas o chaquetas pueden agregar dinamismo.
Cada temporada brinda una oportunidad para jugar con estilos y experimentar, adaptando el guardarropa no solo al clima, sino también a las tendencias y gustos personales.