GUIA COMPLETA PARA EL CUIDADO DE TUS JOYAS
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1. Limpieza regular

Joyas de oro y plata: Limpia con un paño suave para eliminar suciedad o huellas .
Usa agua tibia con unas gotas de detergente suave si es necesario.

Joyas con piedras preciosas: Limpia con un cepillo de dientes de cerdas suaves y agua jabonosa. Asegúrate de secarlas bien.

Perlas: Límpialas con un paño húmedo, ya que los químicos pueden dañar su superficie delicada.

2. Evita productos químicos

Quítate las joyas al aplicar perfumes, cremas, maquillaje o protector solar.

No uses joyas al limpiar con productos que contengan cloro, amoníaco o ácidos.


3. Guárdalas correctamente

Separación individual: Guarda cada joya en su bolsa o caja para evitar que se rayen entre sí.

Usa cajas con compartimentos acolchados o forrados en tela suave.

Para cadenas, mantenlas desenredadas guardándolas por separado o en un organizador.

4. Evita la exposición extrema

Calor: No expongas tus joyas a altas temperaturas, ya que pueden alterar piedras preciosas o materiales.

Luz solar: Algunas piedras (como amatistas) pueden decolorarse si se exponen al sol prolongadamente.

Agua: Quítate las joyas antes de nadar en piscinas (por el cloro) o en el mar (por la sal).

5. Mantenimiento profesional

Llévalas a revisión profesional cada 6-12 meses para asegurar que las piedras estén firmemente sujetas.

Para piezas de valor, un joyero puede realizar una limpieza profunda y devolverles su brillo original.


6. Úsalas con cuidado

No uses joyas delicadas al hacer tareas domésticas, ejercicios intensos o actividades al aire libre.

Sé especialmente cuidadosa con anillos y pulseras, que son más propensos a golpes y rayaduras.

7. Consejos específicos por tipo de joya

Oro: Evita el contacto con mercurio y productos abrasivos.

Plata: Guárdala en bolsas herméticas para evitar la oxidación; si se empaña, limpia con un paño especial para plata.

Diamantes: Aunque son resistentes, mantenlos lejos de aceites o grasas que puedan opacar su brillo.

Piedras blandas (turquesa, ópalo): Son más frágiles, así que manipúlalas con cuidado y evita los golpes.

Con estos cuidados, tus joyas lucirán siempre hermosas y podrán acompañarte durante muchos años, manteniendo su valor sentimental y estético.

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