Yo he sufrido mucho, he tenido caídas muy fuertes y dolorosas que me han costado meses y años en ponerme de pie y caminar con aún cicatrices en mí y una de esas que siempre la voy a tener de por vida es la que me hizo un hombre a los seis años.
Seis años que me gustaría que no existieran o por lo menos olvidarlo, todo por causa de un hombre, de un asqueroso hombre que no veía que solo era una niña.
De un hombre que no entendió que iba arruinar mi infancia y que iba arruinar mi vida.
No es fácil decir todo ésto, no es fácil recordar, cierro los ojos y solo veo su cuerpo sobre de mí, con su cara de estúpido y yo sólo deseando que terminara.
Fue la etapa más difícil que me ha tocado vivir en éste tiempo y solo lo recuerdo con lágrimas y con un fuerte dolor en el pecho .
Ése hombre me dejó una enorme cicatriz en mi vida que no se borrará nunca.
No le deseo el mal, por qué yo sé que la vida se ha encargado de él y eso me ha dado tranquilidad, si es que se le puede decir así a lo que siento.
Aún duele, es como obvio, él estuvo sobre mí hasta los nueve años, sin considerar que mi vida ya estaba por acabarse.
Sin considerar que yo solo quería morir, que solo quería terminar con mi estúpida vida, que solo quería matarlo y arrancar lejos y que nadie me encontrara jamás.
Pero el miedo me atrapó, ahora solo espero que la vida siga encargándose de él y que pague lo que tenga que pagar, ya que la marca que me dejó no se borrará con nada.
Tengo dieciocho años y aún no se me borra, aún duele recordar, es difícil no sentir asco al recordar sus manos sobre mí.
No le desearía ésto a ningún niño o niña o alguna persona, por que es lo más doloroso que le puede pasar a alguien, por que me quitaron una parte de mí, por que me quitaron mi niñez, por que me quitaron mis deseos de seguir luchando.
Gracias a Dios pude seguir adelante, por que sin él yo ya estaría muerta .