Viajar sola puede ser una experiencia increíble, pero también implica tomar precauciones para que todo salga bien. Aquí te dejo algunos consejos personales que me han servido:
Antes de ir, lee todo lo que puedas sobre el lugar: qué zonas son seguras, cómo es el transporte, costumbres locales, etc. Conocer un poco del idioma básico (como "hola", "gracias", o "ayuda") también puede ser útil.
Siempre guarda copias de tu pasaporte, identificación y reservas, tanto en físico como en digital. Yo suelo enviarlas a mi correo por si pierdo algo.
Aunque me encanta la independencia, siempre le dejo a un amigo o familiar una lista de los lugares que planeo visitar y cómo contactarme. Así, si algo pasa, alguien sabe dónde estoy.
Cuando conozcas gente nueva, está bien socializar, pero evita dar demasiados detalles sobre dónde te estás quedando o si estás viajando sola. Mejor prevenir.
Si algo no te da buena espina, no lo ignores. Es mejor parecer paranoica que terminar en una situación incómoda o peligrosa.
Siempre verifica que el taxi, Uber o transporte que uses sea seguro. Yo prefiero pedir transporte desde apps o servicios recomendados en lugar de tomarlo al azar en la calle.
Una linterna pequeña, un silbato y un cargador portátil son básicos en mi mochila. También siempre tengo algo de efectivo aparte de mis tarjetas.
Elijo hostales o alojamientos con buenas reseñas, y si tienen opciones solo para mujeres, ¡mejor aún!
Tener un plan de datos o Wi-Fi donde puedas es súper útil. Te permite buscar direcciones, pedir ayuda o simplemente estar en contacto con alguien.
A veces te ofrecerán cosas o querrán invitarte a planes que no te convencen. Decir "no, gracias" con firmeza es una habilidad que te salvará más de una vez.
Viajar sola es liberador y te enseña muchísimo sobre ti misma. Con un poco de preparación y cuidado, puedes disfrutarlo al máximo sin preocupaciones. ¡Atrévete a explorar!