Compra alimentos básicos y versátiles: Prioriza productos como arroz, lentejas, garbanzos, frijoles, avena, huevos, papas, y vegetales de temporada. Son económicos, nutritivos y permiten crear muchas combinaciones.
Aprovecha las frutas y verduras de temporada: Comprar productos de temporada no solo reduce costos, sino que también garantiza frescura y mejor sabor.
Prepara tus comidas en casa: Cocinar desde cero siempre es más barato que comprar alimentos procesados o comer fuera.
Compra al por mayor: Los granos, legumbres, frutos secos y cereales suelen ser más baratos en grandes cantidades.
Planifica tu menú semanal: Diseñar un menú te ayuda a comprar solo lo necesario y evitar el desperdicio.
Usa las sobras inteligentemente: Transforma lo que sobra de una comida en un nuevo plato para el día siguiente.
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