El feminismo es un movimiento social, político y cultural que busca la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres, desafiando las estructuras patriarcales que históricamente han perpetuado la discriminación y la subordinación de las mujeres. Este movimiento ha logrado avances significativos en áreas como el acceso a la educación, el derecho al voto, la igualdad laboral y la lucha contra la violencia de género .
Sin embargo, el feminismo no busca la supremacía de un género sobre otro, sino la eliminación de las barreras que impiden una convivencia equitativa, abogando por un mundo donde las diferencias biológicas no se traduzcan en desigualdades sociales.
Por otro lado, el machismo es una ideología que promueve la superioridad del hombre sobre la mujer y perpetúa estereotipos y roles de género rígidos. Este sistema de creencias ha generado dinámicas de poder desiguales que afectan tanto a hombres como a mujeres, aunque sus consecuencias más graves recaen sobre estas últimas en forma de discriminación, violencia y exclusión. El machismo no solo limita el desarrollo personal y profesional de las mujeres, sino que también impone a los hombres expectativas poco saludables sobre cómo deben comportarse, causando conflictos emocionales y sociales. Para construir una sociedad más equitativa, es fundamental educar y sensibilizar a las personas sobre la importancia de erradicar estas conductas y adoptar valores basados en el respeto y la igualdad.