Esta obra captura un momento lleno de misticismo y conexión con la naturaleza. En el centro, un grupo de figuras femeninas vestidas de blanco danza en círculo alrededor de una hoguera, simbolizando unidad, fuerza femenina y rituales ancestrales.
El cielo estrellado y los árboles que enmarcan la escena evocan una atmósfera de ensueño, recordándonos el vínculo eterno entre lo terrenal y lo cósmico .La intensidad de las llamas refleja no solo el calor físico, sino también la pasión, la energía y el poder transformador que la danza puede despertar.