Si el camino se torna oscuro, no busques la guía afuera.
Hay momentos en la vida donde nos perdemos a nosostros mismos. Situaciones externas que controlan nuestro actuar, dirigen nuestro pensar y golpean nuestros sueños hasta dejarlos moribundos.
Entonces debemos decidir, preguntarnos si estamos dispuestos a vivir en tinieblas, si queremos ser la tierra que todos pisan, infértil y menospreciada, o si por el contrario cada día escogeremos crear el abono para que esa tierra de frutos, sea vista, deseada, valorada.
La solución más fácil es seguir sin abrir esos cajones sucios de telarañas, sin embargo la solución real es volver a tu interior .
Visualízate de niño soñando, recuerda ese deseo que llenaba tus ojos de felicidad, descubre tu propósito y encuentra tu luz.