Para tener una buena alimentación, consume una dieta balanceada que incluya frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables. Evita los alimentos ultraprocesados, limita el consumo de azúcar y sal, y prioriza porciones moderadas .
Mantente hidratado con agua y adapta tu ingesta a tus necesidades energéticas según tu actividad física. Complementa esto con horarios regulares de comida y escucha las señales de tu cuerpo para evitar comer en exceso.