Ese adulto,
aprendió a sonreír como si fuera la primera vez que lo hacía.
Aprendió que no era tan sabio como lo creía.
Aprendió que nunca se acaba de conocer a alguien por mucho tiempo que lleves a su lado.
Aprendió que una flor por muy delicada e indefensa que parezca, tiene sus espinas y con el mínimo roce te puede ocasionar daño.
Aprendió que nadie le pertenece.
Aprendió que no tiene sentido suicidarse con los pensamientos negativos, porque si alguien lo ama, se quedará, y si no, simplemente se irá.

También aprendió que no hay que tener miedo de perder a alguien, aunque crea que no puede vivir sin ella, no es de él, nadie le pertenece a nadie, cada uno hará sus acciones a su forma y sin importar opinión, solo les importará su bienestar.. .Y eso le parece normal a estas alturas. Pronto cumpliré 22 años, y aprendí que la felicidad y el amor es la base de todo y para construir esto, los cimientos obligatoriamente son las tristezas, la decepción, el rencor ala vida y muchas tropiezos más..
Aprendí a ser niño de nuevo, con experiencias de adulto, pero la esencia de aquel niño que una vez fui, con la capacidad de valorar antes de que me "quiten el dulce", al fin encontré la combinación perfecta para la felicidad!! jaja