Cuando la vida te pisa, te ofende, te empuja; cuando sientas que ya no puedes aguantar, que te aprieta demasiado el zapato, piensa en ti primero. No dejes que el daño provocado escale, no dejes que la herida crezca hasta podrir tus ganas de vivir .
¡Sé valiente, suelta la carga!. Libérate de ese trabajo, de esa amistad, de esa familia mugre, de esa pareja tóxica que te arrastra. Debemos aprender a dejar ir para encontrarnos a nosostros mismos en el silencio sanador de la noche más oscura.