Creo que he encontrado mis galletas favoritas. Están 100% inspiradas en las famosas cookies de Levain Bakery en Nueva York .Estas galletas, o mejor dicho, galletones, son mucho más grandes de lo normal. Son más gruesas y van hasta arriba de chocolate. La textura también es muy peculiar: la capa exterior queda crujiente y dorada, mientras que la parte interior es esponjosa y tierna. No me enrollo más y vamos a empezar con lo básico: los ingredientes.

Para esta receta, me gusta comenzar pesando y dejando todos los ingredientes listos porque, después, es mucho menos caótico y mucho más cómodo. Voy a empezar con la mantequilla, que he cortado en trocitos pequeños para que se vaya temperando mientras preparo el resto de los ingredientes. 

♡ Ingredientes para la masa. 
- 140 g de harina de trigo normal
- 50 g de azúcar blanca
- 50 g de azúcar moreno
- 1 huevo
- 1 cucharadita de levadura química
- Un poco de canela
- Sal al gusto

♡ Ingredientes para los toppings.
- Una buena cantidad de chocolate (pueden ser chips de chocolate blanco, negro o una mezcla)
- 85% de chocolate oscuro para equilibrar el dulzor
- Nueces troceadas

Un par de cosas importantes: primero, usa las cantidades exactas y, segundo, tanto el huevo como la mantequilla deben estar fríos (yo los saco directamente de la nevera). 

Una vez que tengamos todos los ingredientes listos, pasemos a hacer la masa. Empezamos mezclando la mantequilla con los azúcares, la levadura, la canela y la sal. Esto lo batimos muy bien a velocidad baja hasta que la mezcla quede cremosa. Con mi batidora, esto tarda unos 6 minutos. Este paso es clave porque estamos incorporando aire, lo que hará que el interior de las cookies quede tierno y esponjoso. Si no se hace bien, las galletas pueden quedar densas y pesadas. 

Cuando la mezcla esté cremosa y haya aclarado un poco de color, añadimos el huevo y lo batimos por unos segundos hasta que todo esté bien integrado. Después, incorporamos la harina, pero en este paso me gusta hacerlo con una espátula (o "lengua de gato"), ya que siento que tengo más control.

Ahora vamos con los toppings. Primero, añadimos las pepitas de chocolate y las nueces. La proporción de toppings es bastante grande: casi hay más chocolate y nueces que masa, pero todo queda bien distribuido. Mezclamos bien.

Para darles forma a las galletas, hacemos bolas de masa de unos 160 g cada una (de ahí salen solo 4 galletas grandes). Las formamos en forma de cono, es decir, más altas que anchas. Esto ayudará a que, al hornearse, queden más gruesas. Si quieres, puedes poner un poco más de chips de chocolate por encima para que queden más bonitas al hornear.

Una vez que las galletas estén listas, las ponemos en papel de hornear y las dejamos reposar en la nevera por al menos 1 hora y media. Este paso es imprescindible porque ayuda a que las galletas no se expandan demasiado al hornearse, aunque si tienes prisa, podrías hornear una galleta sin reposar y comparar. La diferencia es pequeña, pero si puedes esperar, mucho mejor.

Cuando ya haya pasado el tiempo de reposo, precalienta el horno a 180°C (calor arriba y abajo) y hornea las galletas a media altura, para que se doren bien por arriba y por abajo. El tiempo de horneado es de unos 12-15 minutos, o hasta que veas que se doran un poco por los bordes.

Al sacar las galletas del horno, me gusta ponerles unas escamas de sal por encima. No mucho, solo un toque, porque le da un sabor increíble.

Deja enfriar las galletas durante unos 30 minutos. Durante ese tiempo, se acabarán de hacer un poquito más y tomarán la textura perfecta.

¡Y ya está! Estas galletas son una bomba de sabor. Tienen la proporción perfecta de chocolate y un toque de nuez que las hace únicas. Además, la sal y la mantequilla equilibran muy bien el dulzor. El borde crujiente con el centro esponjoso es lo que las hace realmente irresistibles. ¡No hay galleta más deliciosa que esta!