La muerte de un ser querido es una de las experiencias más dolorosas que podemos vivir. Es un momento que nos confronta con la fragilidad de la vida y nos deja con una profunda sensación de vacío .
Superar la muerte de un ser querido es un proceso profundo y personal, lleno de altibajos emocionales. No hay una respuesta única ni un "tiempo adecuado" para sanar, pero lo más importante es que te permitas vivir el duelo a tu propio ritmo. Aceptar el dolor, buscar apoyo, cuidar de ti mismo y honrar la memoria de quien has perdido son pasos fundamentales en el camino hacia la sanación. Ten paciencia contigo mismo y, sobre todo, recuerda que está bien pedir ayuda cuando la necesites. Con el tiempo, aprenderás a llevar en tu corazón el amor de esa persona que ya no está, pero que sigue siendo parte de ti.