Cartas a destiempo 2
16 May, 2018
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Febrero

Llevo días difíciles, un par de noches sin dormir y unas cuantas horas al día con la mirada perdida.
A menudo busco recordarte, a veces necesito que vuelva a doler, para dejar de esperar, para poder dejar de esperarte...
Pasan las horas y yo, innumerables veces he repasado nuestra última noche, intento revivir en mi cabeza aquel momento, pero de apoco va costando más .
Con cada día pierdo detalles, olvido cosas bonitas y se acentúa el dolor de ser la otra en brazos de quien antes era la única.
Con la distancia, lo primero que olvidé fue tu mirada, cada una de tus expresiones, el brillo de tus ojos y tu sonrisa, se esfumaron, casi inmediatamente, y se llevaron también la sensación de tus labios rozando los míos, a diferencia de tu perfume y tus manos recorriendo mi cuerpo que fueron abandonandome más lento. Revivir el sonido de tu voz y el sabor de tus besos requieren mucha concentración.
Muy a mi pesar, la felicidad y la mágia de hacer el amor contigo se han ocultado en el fondo de mi alma, donde no puedo volver a alcanzarlas y la impotencia me amarga cada segundo que pasa. Finalmente y como siempre, son tus palabras las que porfian en quedarse, de ti constantemente son lo último en abandonarme, revolotean y vuelven a mis pensamientos cada vez que creo que se han ido, hacen eco entre mis pensamientos durante los minutos en que mi mente divaga y reconstruye las imagenes de nuestros cuerpos entrelazados en esa cama. Contengo la respiración, suspiro y cierro los ojos esperando atrapar algo de aquella fugaz sensación de calma que aún conservo cuando nos pienso juntos.

Siempre una lágrima amarga se desliza por mi mejilla antes de dormir, y me pregunto si podré abandonar tu recuerdo en algún momento. Con la mente en blanco me recompongo, luego pienso que he vivido instantes sin añorarte, revivo pequeños momentos alegres, esas escasas carcajadas sinceras y las oportunidades en que bien acompañada he olvidado el vacio que me dejó tu ausencia y sonrío confiada en que en un futuro abandonaré esta niebla tuya y volveré a transitar por la paz y la tranquilidad de no amarte. Solo espero borrarte de mi piel y ya no desearte como hoy.

Me has dejado, no vuelvas a buscar estos restos de mí, no juegues con mis esperanzas nuevamente. Ayudame a olvidarte.

Tuya aún.
Tu negrita ríca y flaquita.
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