Me ataca tu recuerdo siempre los domingos, y se va haciendo más fuerte con el atardecer. Es que se hace tan fácil ocultarte entre semana, debajo de las toneladas de trabajo...
Pero los domingos, cuando tengo tiempo para ordenar ideas y sumirme en fantasías, te apareces tan campante a acompañar mis pensamientos.. .
No sé si me acosan más las imágenes del pasado o los anhelos de futuro...
Ya ni siquiera sé si ese que aparece en mi cabeza se parece a ti o es solo un amaño de ideales acomodados a pedazos de recuerdos felices. Para serte sincera, ni siquiera recuerdo exactamente tus besos, ahora solo tengo la sensación de desear tus labios porque me hacían sentir feliz. Quiero retornar a tu abrazo, aunque no recuerdo la temperatura de tu piel, solo me queda el rastro de la calma en tus brazos...
Solo faltan algunas horas para que comience el lunes y te esconda de nuevo, para que así el próximo domingo, cuando regreses, me de cuenta que te he olvidado un poco más y así quizá algún domingo descubra que ya no estás.