Todo empezó porque le dije a mi amiga que no quería ir a ese maldito cumpleaños, y como siempre, ella me obligó a ir. Ahora le doy más que las gracias...
Dos bancos, uno enfrente del otro, uno llamado destino y otro llamado casualidad .
Yo sentada en uno de ellos y un chico moreno, de ojos caramelizados y con su cara llena de pequeñitas estrellas marrones me miró y me sonrió. Puedo jurar que desde ese momento sentí que algo muy fuerte se aproxima.
Algo más que una simple sonrisa y una frase de "esa chica tiene que ser para mí" salió por su boca. Yo confusa pensé “este chico está loco”
Pasado algo más de un año la que acabé loca fui yo m, pero por él...