He estado toda mi vida viajando en bus. Y aveces lo odio demasiado, me recuerda a las tantas veces que me enamoré de alguien que nunca me animé a hablarle por más que me gustara y a ese amigo que ahora no te saluda al verte subir al bus.
Me gusta observar a las personas, dentro de toda esta "manada" encerradas en un pedazo de lata, estamos compartiendo espacio .Creo que no me hace falta decirlo, pero me estoy asfixiando y nadie me está viendo, creo que no les intereso y capaz tengan problemas demasiados más importantes, pero esa es la verdad... nadie me ve. Creo que podría estar muriéndome, pero a nadie le interesa, mis lágrimas se esconden en mi pelo, me siento triste, ¿Porqué nadie me ve?.
Pero sé que alguien me observa, lo presiento... de algún lado, siento la conexión, y al final de todos los pasajeros está él, intenta disimular que aún no me di cuenta y sonroja, creo que me siento un poco feliz, al menos hay una "pequeña conexión". No me preocupa el que no se haya acercado a hablarme, ni el que se haya bajado sin tan sólo mirarme, lo que me preocupa es que no se cuantas veces más me terminaré enamorando del mismo chico, quizás nuestro bucle es el bus, todos los días se repite la misma historia, y lo más triste es que fué mi amigo. Pero él... él es el chico del bus, tu ex amigo, del que te enamoras pero sabes que es feliz, y que entre tantas personas sólo te mira a tí, porque supo muy tarde que lo amabas incondicionalmente.
Todos tenemos días felices y días tristes, pero yo necesito saber que él es feliz para descansar, y... aunque él lleve un pacto de amor con otra persona, yo sé que él es sólo feliz cuando me ve o siente verme... porque el sí me ve, y puedo sentirlo.
Pero la verdad es que no hay nadie sentado en mi asiento, él sólo creyó verme, pero no, no me ve, porque yo no existo, por su amor perdí la consciencia pero no las ganas de amar. Trataré de ser su ángel, mientras mi vida esté aquí, en mi propio infierno de su felicidad... y me visita 3 metros bajo tierra.