Hoy, solo viene a mi mente el día en el que nos conocimos: tu rostro, como se encontraba tu mirada con la mía, el tartamudeo de tus palabras, y yo; tan nerviosa como nunca.
A lo mejor fue mi culpa el hecho de que ya no te tenga, de que tus dedos y los míos ya no se entrelazan, de que mientras antes me desahoga de mis penas en tu pecho ahora estas penas me embriagan y me regalan tu ausencia.
Como este dolor puede venir a mi mente, imaginando todo lo que seríamos algún día, recordando cada una de nuestras promesas, sabes creo que no importa si duele mientras de mi mente no se borre tu rostro, tu mirada y esa risa tan tuya que te caracteriza .