Muchos creen que es imprescindible desayunar al levantarse, pero la verdad es que no siempre es lo mejor para tu salud. Es fundamental escuchar las señales de hambre y saciedad de tu cuerpo .
Si desayunas sin tener hambre, podrías estar interfiriendo con los procesos naturales de digestión. Después de una noche de descanso, tu cuerpo aún puede estar digiriendo los restos de la cena anterior. Forzar una comida adicional podría causar hinchazón, malestar estomacal e incluso aumentar la grasa corporal.
Opta por un ayuno de 12 horas entre la cena y el desayuno. Esto no solo evita complicaciones digestivas, sino que también favorece tu salud general. ¡Escucha a tu cuerpo y dale lo que realmente necesita para empezar el día con energía y bienestar!