En un mágico jardín escondido entre las sombras del Crepúsculo coma una niña llamada Mafalda recibió como regalo una flor encantada de las hadas. Esta flor cada noche, alumbraba muy brillante con luz propia y dejaba que el dueño pudiera ver sus deseos más profundos y se haría en realidad .Mafalda emocionada y muy feliz llevaba la flor a todos lados, cuidándola siempre con mucho aprecio pero un día mientras se ataba los cordones, colocó descuidadamente la flor sobre una mesa, olvidando conseguir a su lugar de origen. Al despertar al día siguiente, el corazón de Mafalda se llenó de tristeza al descubrir que la flor se había marchitado, perdiendo sus poderes de conceder deseos. Mafalda quería recuperar sus poderes Así que viajó en busca de la Fuente de las hadas, duro años y años buscando la flor que ya estaba perdiendo las esperanzas y un día cuando ya se había rendido se sentó y ahí donde estaba era el lugar donde podían revivir la flor encantada y recuperar los deseos perdidos en la bruma del marchitar.