El secreto de la Ventana: II parte??
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La tensión creció como una tormenta en el corazón de Mara, quien sentía el peso de dos mundos chocando en su interior. Las tardes en la casa abandonada se volvieron silenciosas, rotas solo por miradas llenas de incertidumbre .

Lucas, aunque profundamente enamorado, no podía evitar el sabor amargo de la inseguridad. Por otro lado, Diego insistía, cada vez más atrevido, en demostrarle que su mundo con él sería más emocionante y libre. Mara, atrapada en su indecisión, comenzó a evitar las citas con Lucas, dejando que la vieja ventana frente al mar se llenara de polvo y olvido.


Una noche, cuando el viento soplaba con fuerza y el pueblo dormía bajo la luna llena, Mara decidió enfrentar sus sentimientos. Fue a buscar a Lucas a la casa abandonada. Él estaba allí, como siempre, mirando el mar, pero su rostro reflejaba una tristeza que ella nunca antes había visto. Antes de que pudiera hablar, Lucas sacó de su bolsillo una carta y la puso en sus manos.


—Léela cuando estés sola —dijo, sin mirarla.


Mara intentó discutir, pero Lucas se marchó sin decir más. Aquella carta pesaba en su pecho como una piedra. Esa misma noche, bajo la luz tenue de una lámpara, la abrió con manos temblorosas. Las palabras de Lucas hablaban de un amor profundo, de su miedo a perderla, pero también contenían algo más. Confesaba que su enfermedad estaba empeorando y que probablemente no tendría mucho tiempo. "Te amo demasiado para arrastrarte a mi oscuridad", decía al final. Mara sintió como si el mundo se desmoronara bajo sus pies.


Al día siguiente, Mara buscó desesperadamente a Lucas. Corrió a la casa abandonada, al puerto, incluso fue a su casa, pero nadie sabía dónde estaba. Finalmente, fue Diego quien la encontró, descalza y llorando en la playa. Él la abrazó, prometiéndole que nunca la haría sufrir como Lucas lo había hecho. Pero mientras hablaban, Diego mencionó algo que la hizo detenerse en seco: había visto a Lucas por última vez caminando hacia el faro en la colina.


Sin pensarlo dos veces, Mara corrió hacia el faro, con Diego siguiéndola a cierta distancia. Al llegar, encontró a Lucas sentado en el borde del acantilado, con la mirada perdida en el horizonte. Su presencia lo sorprendió, pero no dijo nada. Mara, con lágrimas en los ojos, le suplicó que no se rindiera, que lucharan juntos. Pero Lucas, con una sonrisa triste, le dijo que no podía ser el ancla de alguien como ella, alguien que merecía ser feliz sin cadenas.


—Mara, vive. Vive por los dos —susurró, antes de dejarse caer al vacío.


El grito de Mara se perdió en el rugir de las olas. Diego llegó a tiempo para sujetarla antes de que ella misma intentara lanzarse tras Lucas. Aquella noche, la ventana de la vieja casa abandonada permaneció abierta, como un testigo silencioso de un amor que nunca fue destinado a durar. Pero cuando Diego intentó consolarla, Mara simplemente lo apartó. Ahora sabía que el vacío que Lucas dejó en su vida nunca podría llenarse.

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Alexiaaa 0 puntos Hace 21 horas Alexiaaa 0 puntos
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Hace 21 horas
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