Sofía

Creo que con los demás relatos ya pude hacer una idea de la vida de mi hermana y las personas que estábamos junto a ella, ayudo a muchos sin dudarlo nunca, sabía que eso era lo que quería hacer y encontró personas maravillosas que la ayudaron en su camino. Después de contar las historias relativamente bonitas de mi hermana, creo que estoy preparada para contar la historia más difícil que alguna vez podre decir.

Tengo que resaltar que pasaron aproximadamente cuatro años cuando encontré el diario de Jane, unos meses después de nuestra pérdida, pero me tomo casi tres años reunir la fuerza para contar esta historia, para poder terminar las historias de Jane y ver que su sueño se cumpliera.

Después de mucho tiempo juntos, mi hermana tenía unos 26 años cuando ya estaba viviendo con Sebastián, ella había estado recibiendo demasiadas amenazas por parte de todas las que había ayudado a judicializar, más que todo hombres que habían golpeado y golpeado a mujeres, sin embargo ella nunca le dijo de estas cartas a Sebastián, no quería preocuparle porque sabía como reaccionaría él .Ella simplemente no quería asustarlo innecesariamente porque ella estaba protegida por ley, creía ingenuamente.

Un día llego una carta y esta vez ella no estuvo ahí para abrirla, sino que Sebastián la abrió, y él poco a poco comenzó a leer como un sujeto amenazaba a mi hermana, le decía que iba a hacer con ella lo mismo que hizo con sus víctimas sólo por meterlo en prisión. -Dijo que primero la violaría dolorosa y lentamente, luego comenzaría a torturarla, a grabar cada grito de dolor y desesperación, después la mataría a golpes para al final volverla a violar y matarla por empalamiento. Así como hizo con sus otras tres víctimas.

Sebastián enloqueció, se dio cuenta por primera vez lo peligroso que era esa fundación para la vida de su familia. Si él deseaba tener una vida común y corriente con su futura esposa y la madre de sus hijos debía protegerla, incluso si eso incluyera alejarla de la fundación. Jane llegó a la casa con una feliz noticia que tuvo que esperar a ser contada después porque se encontró con un Sebastián enojado y preocupado, preguntandole cuantas otras cartas habían llegado ya, cuantas personas la habían amenazado ya e incluso podían haber mandado a personas a que se deshicieran de ellos. La discusión duro horas, en las cuales Jane olvidó comentarle la feliz noticia de a su futuro esposo de que estaban esperando un niño, y como ya habían hablado desde hacía mucho tiempo, se llamaría Bruce.

Sin embargo la noticia de Bruce quedo relegada a un segundo plano, mientras Sebastián exigía que Jane renunciara a ser la presidenta de la fundación, que siguiera trabajando como voluntaria pero dejara su puesto de figura pública, Jane se negaba a dejar de lado su sueño por ciertas personas que intentaban intimidarlos solamente. Fue tanto la disputa que ella se fue a tomarse un café sola para reflexiona, calmarse y recordar que dentro de sí llevaba la luz de sus ojos, el sueño de ambos estaba comenzando a hacerse realidad.

Entre más tomaba el café mi hermana, más razonaba en que Sebastián tenía razón, en que debía alejarse de esta vida, al menos ir dejando poco a poco el cargo público sólo para proteger a su familia. No obstante, esa decisión jamás llegó a ver la luz del día, cuando Jane terminó el café llegaron don sujetos en una moto que se bajaron y le apuntaron con un arma, ella les pasó el bolso pero lo lanzaron al piso, dijeron que iban de parte de Eduardo, el tipo de la carta. Jane cerró los ojos por última vez en su vida y se disculpó con Bruce por haberle fallado. Después sonó un disparo acompañado por un silencio sepulcral.

Recuerdo como yo estaba en plena clase cuando mi celular comenzó a vibrar, se me hizo extraño pero no conteste, el teléfono siguió zumbando insistentemente hasta que lo tome y salí del aula, cuando miré tenía diez llamadas perdidas de Sebastián, lo que era raro porque el nunca me llamaba a menos que fuera una emergencia o que Jane no me podía llamar de su teléfono.

- ¿hola? - dije un poco nerviosa.
- La mataron Sofí, nos mataron a mi mocosa y ella estaba esperando mi hijo. La deje morir sofí - mientras decía estas palabras tan desgarradoras, sollozaba a más no poder, él estaba destrozado.

El teléfono se cayó de mis manos, golpeo el piso sin hacer ruido alguno, lo único que pude escuchar fue mi corazón partiéndose en dos, el desgarro se podía escuchar a miles de millones de kilómetros, pero fue el sonido más ensordecedor del mundo. Sin darme cuenta mis rodillas golpearon el piso, y en ese momento el sonido volvió al mundo, y con él, mi alarido de dolor atravesó la universidad.

Salí corriendo a verme con Sebastián, allí me enteré de la historia y de que , entre las cosas que tenía mi hermana en el bolso, había un examen de embarazo, tenía tres meses pero no quería decirle a nadie aún hasta estar segura. En una esquina estaba escrito con bolígrafo morado la siguiente frase:

"estamos a seis meses de cumplir uno de nuestros sueños, tiempo suficiente para prepararnos y darnos cuenta de que somos el uno para el otro, sin importar lo que pase. Sé que es muy pronto para saber, pero mi instinto de madre me dice que viene nuestro pequeño Bruce. Te amo futuro padre".

Era su letra y su regalo a su pareja de por vida, que aunque peleaban, ella lo amaba más que a ella misma. Y eso era lo que más dolía, que su sueño se vio truncado por otros. No quiero entrar en más detalles a cerca de la muerte de Jane, con su partida se llevó gran parte de mi esperanza por la vida. Tuvo un funeral y un entierro propio de una princesa, con gente que no cabía en la iglesia de la cantidad de personas que ella ayudo y fueron a despedirla por última vez. Lo que sí quiero que conozcan es la carta del último adiós que Sebastián le escribió. Después de leerla en el funeral me la regaló, años después cuando le dije lo que haría sólo me pidió que le hiciera justicia con mis palabras, y que si quería poder usar sus palabras. Quería que vieran lo maravillosa que era su mujer desde los ojos de alguien más.

"Mi mocosa:

Lamento mucho nuestras discusiones, lamento haberte perdido de la manera en que la hice. no te imaginas como tu ausencia y la de Bruce atormentan mi vida cada día que no los tengo junto a mi. Aunque no lo conocí, sé que hubiera sido un niño maravilloso, con tus ojos y tu bondad y espero que con mi cabello. Fuiste, eres y serás la mujer más bondadosa que alguna vez pude haber conocido, sacrificaste tu vida por la de millones de personas más, que puede que ni las conocieras pero tu ganas de ayudar te movían, tienes el corazón más grande que la humanidad se perdió por la misma maldad y egoísmo que nos caracteriza y cuando aparece un ángel como tú no sabemos que hacer.

Creo que en eso consiste la vida no?, en perder y encontrar personas todos los días, y con suerte uno de tantos hallarás a alguien que llene tu vida de todo aquello que no sabías que hacía falta, te llena de un amor que es más inmenso que tu misma comprensión, encuentras felicidad y fuerza en una persona que cree en ti mas que tú mismo. Agradezco a Dios todos los días la fortuna que tuve de haberte conocido, de haber estado contigo cumpliendo nuestros sueños, viviendo aventuras y ayudando al mundo; al menos tuve la oportunidad de vivir contigo hasta tú partida, pero ahora no tengo motivos para seguir adelante, perdí mi motor principal en la vida y necesito alguien que me ayude a encontrar mi camino.

Contigo conocí lo que es el amor, como es sentirse amado, las experiencias más bonitas, las primeras veces, los problemas, los aprendizajes, todas mis experiencias son contigo, eras más parte de mi que yo mismo. Sin ti ¿quién me llenara de besos en las mañanas? ¿ me tranquilizara cuando todo este mal? ¿ me ayudara a cumplir mis sueños? Dios me arrebató a su ángel, supongo que tu misión en este mundo estaba finalizada, pero aun no le logro explicar a mi corazón que no volverás en la tarde con una taza de café y esa sonrisa picara de siempre.

Perdóname por haberte fallado, por haberte dejado ir de esa forma y no haberte regalado un último beso y un te amo; perdón por no haberte escuchado cuando quisiste hablar de Bruce, quizá todo hubiese sido diferente y aún te tuviera conmigo. Pero ya no puedo hacer nada, tu tiempo se acabó y no pude completar mis sueños junto a ti, pendejita mía. Te amo y te amare por siempre, me enseñaste todo lo que debo saber sobre esta vida, me aguantaste y me amaste. Ahora sólo me quedan agradecimientos y dolor, fuiste siempre lo mejor de mi vida.

Recuerda nuestra promesa: "step by step, arm by arm, we´ll be together until we fall down, untill our hearts stop to burn, untill we forget how to breath" En algún momento te veré de nuevo, no es un adiós, es un hasta luego."