Lo sé, sé que me buscas con la mirada.
Me he girado tantas veces para tenerte ahí, tratando de mirarme a los ojos, nunca me fallas, y hasta en ocasiones llego a confundirme sin saber quién busca a quién o si quizás nos buscamos uno al otro continuamente, en un estúpido juego de miradas y a la vez tan vicio nuestro cada sábado en esa fiesta.
Nuestras miradas se han cruzado tantas veces, que tú y yo sabemos que probablemente esta sea la señal que confirme que es nuestro momento, que necesitamos mirarnos a los ojos más cerca y mucho más tiempo, que los miedos de uno serán aplastados por los del otro hasta lograr destruirlos todos de la mejor forma, los dos juntos.
Y quizás, yo quiera y no pueda o no sepa hacerlo correctamente, mi mirada creo que lo refleja todo, desde el miedo que me frena hasta las ganas que me empujan .
Por eso, te espero, sólo encuéntrame, estoy dispuesta a que nuestras miradas se crucen cada día de nuestra vida, en cada lugar y en cualquier momento.