El pueblo de Escobedo es conocido por su pequeña ermita construida en la edad media y aunque está casi en ruinas, y nadie está a cargo de ella, se ilumina cada noche de forma misteriosa con una luz tenue.
Hay un letrero clavado en su destartalada puerta de madera, que dice:
¡No entrar, peligro de muerte!
Muchos curiosos no hicieron caso y entraron a la ermita, pero no volvieron a salir .Jonás el viejo pastor y un hombre muy religioso, decidió resolver el enigma de la ermita y un día se atrevió a entrar, lo hizo rezando, utilizando la oración como escudo protector pero de repente un poderoso rayo de luz lo absorbió.
Del pastor nunca más se supo y la ermita jamás se volvió a iluminar.
Fran Laviada