Objetivo: Familiarizarte con lo básico y aprender palabras clave.
Inmersión diaria (30 min - 1 hora)
Descarga aplicaciones como Duolingo, Memrise o Anki para aprender vocabulario básico: saludos, números, colores, días de la semana, etc.
Aprende 100 palabras esenciales (ejemplo: comida, transporte, emociones).
Sintoniza tus oídos
Escucha canciones o podcasts simples en el idioma .Aunque no entiendas todo, tu cerebro empezará a acostumbrarse al ritmo y la pronunciación.
Ejemplo: Escucha canciones infantiles o entrevistas subtituladas.
Hazlo práctico desde el día 1
Aprende frases comunes como “¿Dónde está…?”, “¿Cuánto cuesta?”, “No entiendo”.
Usa Google Translate o apps de intercambio de idiomas (como Tandem o HelloTalk) para intentar pequeños chats con hablantes nativos.
Pro tip: Cambia el idioma de tu celular o redes sociales para tener más exposición.
Objetivo: Empezar a formar frases y mantener conversaciones básicas.
Clases rápidas y enfocadas
Crea tu “zona de idioma”
Rodéate del idioma:
Escribe tus pensamientos diarios
Intenta escribir un diario corto con frases sencillas: “Hoy fui al supermercado. Compré fruta.” Luego, revisa con un tutor o traductor para aprender de tus errores.
Repite y mejora
Crea diálogos contigo mismo frente al espejo.
Usa técnicas de sombra (shadowing): escucha una frase y repítela al instante, imitando la pronunciación.
Pro tip: Aprende expresiones idiomáticas. Harán que te veas más natural y seguro.
Objetivo: Comunicarte con confianza y entender contextos básicos.
Conexiones reales
Piensa en el idioma
Crea retos semanales
Consumo intensivo de contenido
Pro tip: Si puedes, planifica una videollamada con un nativo o incluso un viaje al país donde se habla ese idioma. ¡Nada te hará progresar más rápido!
En tres meses, no serás un experto, pero podrás sostener conversaciones básicas, entender el contexto de lo que escuchas y sentirte seguro de usar el idioma.