Limpieza: Lava tu rostro dos veces al día con un limpiador suave para eliminar la suciedad, grasa y células muertas. Evita frotar con fuerza. Hidratación: Usa una crema o gel hidratante que se adapte a tu tipo de piel. Protección solar: Usa protector solar todos los días, incluso en invierno. Dieta: Lleva una dieta saludable y bebe mucha agua. Evitar el tabaco: Fumar contribuye a la formación de arrugas y da un aspecto avejentado a la piel. Controlar el estrés: El estrés puede afectar la salud de la piel. No tocarse el rostro: Evita tocarse el rostro con las manos sucias. Exfoliación: La exfoliación es parte de una rutina de cuidado facial que beneficia la piel. Rutinas específicas: Para zonas localizadas como el contorno de ojos, manchas, rojeces, o marcas, puedes utilizar rutinas de cuidado específicas. .