Y cada vez que el mundo la rompía, ella tomaba sus mejores pedazos, y dejaba los peores en el suelo. Se reconstruyó una y mil veces, hasta que se convirtió en una mujer maravillosa hecha de cicatrices .
"A veces, un duro golpe de la vida sirve para ver realmente lo valiosas y fuertes que somos, que podemos seguir adelante, sin necesidad de alguien, que podemos amarnos a nosotras mismas"