Mara y Lucas se conocían desde pequeños. Habían crecido juntos en un pequeño pueblo costero, compartiendo secretos, risas y sueños .
Sus encuentros furtivos se convirtieron en su ritual. Se escapaban por las tardes a la vieja casa abandonada al final de la calle, donde una ventana con vistas al mar era su refugio secreto. Allí, compartían sus miedos, sus anhelos y sus primeros besos.
—Nunca nos separaremos, ¿verdad, Lucas? —preguntó Mara un día, aferrándose a su mano.
—Nunca, Mara —respondió él, su voz llena de emoción.
Sin embargo, la felicidad de Mara y Lucas se vio ensombrecida por un secreto que amenazaba con destruir todo lo que habían construido. Lucas tenía una enfermedad rara que lo obligaba a tomar medicamentos constantemente. Temía que Mara lo rechazara si descubría su condición.
Mara, por su parte, sentía una atracción cada vez más intensa por Diego, el chico nuevo del pueblo, un surfista popular y seguro de sí mismo. Lucas lo notaba y el miedo lo consumía.
Un día, durante una discusión acalorada, Lucas le reveló su secreto a Mara. Ella quedó sorprendida y entristecida. No podía creer que él hubiera guardado algo tan importante para sí mismo.
—No me importa tu enfermedad, Lucas —le dijo Mara, abrazándolo con fuerza—. Te quiero por quien eres.
Pero las palabras no eran suficientes para borrar la desconfianza que se había instalado entre ellos. Diego, aprovechando la oportunidad, se acercó más a Mara. Lucas, herido y confundido, se alejó cada vez más.
Un día, mientras paseaban por la playa, Mara y Lucas se encontraron con Diego. La tensión era palpable. Diego, con una sonrisa arrogante, le preguntó a Mara si quería ir al cine con él. Lucas sintió un dolor punzante en el pecho.
—No puedo —respondió Mara, sin mirarlo.
Diego se marchó, pero la semilla de la duda había quedado sembrada. ¿A quién elegiría Mara? ¿A Lucas, su amigo de la infancia, o a Diego, el chico popular y seguro de sí mismo?
Mara y Lucas se quedaron mirando al mar, cada uno sumido en sus propios pensamientos. El sol comenzaba a ponerse, pintando el cielo de tonos rojizos y naranjas. ¿Cuál sería el siguiente capítulo de su historia? ¿Podrían superar sus diferencias y volver a ser los mejores amigos? ¿O estarían destinados a separarse para siempre?