Superar la tusa o despecho es un proceso que requiere tiempo, paciencia y amor propio. Es normal sentir tristeza, nostalgia o incluso rabia; estas emociones son parte de sanar .
Lo primero es aceptar lo que sientes sin juzgarte. Permítete llorar, reflexionar y liberar lo que llevas dentro. Hablar con amigos cercanos o familiares puede ser un gran alivio, ya que el apoyo emocional es clave en estos momentos.
Evita aferrarte al pasado o idealizar lo que fue. En cambio, enfócate en ti: busca actividades que te inspiren, como el ejercicio, la lectura, la música o aprender algo nuevo. Retomar hobbies o descubrir intereses diferentes puede ayudarte a reencontrarte contigo mismo. Rodéate de personas positivas que te llenen de energía y evita lugares o situaciones que te hagan revivir el dolor.
Recuerda que la tusa no desaparece de un día para otro, pero cada paso que das hacia adelante es una victoria. Haz pequeñas cosas que te hagan feliz cada día y celebra esos logros. Finalmente, ten presente que mereces amor y felicidad, y aunque hoy no lo veas, el tiempo tiene una forma especial de sanar y abrir puertas hacia nuevas oportunidades.