La marcha fue fabulosa, la abuela y Sofí estaban muy felices, nunca habían estado en un lugar donde mujeres de verdad levantaran sus voces y se hicieran escuchar, mujeres que decían lo que en verdad creían y pensaban. Estas eran las nuevas Policarpa, Marie Curie, Frida, Marilyn Monroe, y todas las mujeres que en su vida hicieron un cambio para las demás, para nosotras que no fuimos capaces de levantar nuestras voces y otras lo hicieron por nosotras.
Duramos casi todo la mañana y tarde del sábado allá, las mujeres que daban discursos nos demostraban que por más difícil que las cosas se pusieran podemos ser fuertes y salir adelante, el apoyo es lo más importante y no perder la fe en uno mismo .Nada es imposible para una mujer. En un momento nos encontramos con las chicas con las que me estuve comunicando, les presente a mi hermana y a mi abuela, les conté nuestra historia y entre lágrimas cambiamos de teléfonos. Nos reímos también y nos contaron sobre ciertas leyes que se están estudiando en el congreso para ver si son aprobadas, todas a favor de los derechos de la mujer.

- Te lo digo Jane, este año podemos lograr cosas muy grandes si seguimos haciéndonos escuchar. Lo difícil es encontrar los espacios y que muchas personas nos ven como locas o "feminazis" aún. - Me dijo Sara, la chica que manejaba la pagina en facebook.

Yo estaba maravillada con todo lo que veía, mujeres fuertes y brillantes expresándose en un ambiente donde no estaban siendo intimidadas ni se sentían en peligro. Las cosas ya estaban acabando perfectamente, todas las chicas estaban motivadas y mi abuela y yo nos sentíamos contentas de darle una imagen positiva a Sofia.

De pronto se escucharon ciertos ruidos fuertes a lo lejos, cuando me dí cuenta de lo que estaba sucediendo no pude encontrar a mi familia. Las personas corrían por toda partes, se veían nubes de humo muy denso acercándose cada vez más deprisa hacía donde yo estaba. Entre en pánico, no sabía a donde ir o que hacer, y sentía que me empezaba a asfixiar, los ojos me picaban y la nariz me estaba ardiendo terriblemente.

De un momento a otro sentí que alguien me tomo de la mano y me guió a algún lugar, no me detuve a pensar quien o que era lo que me estaba guiando, tan solo me preocupaba saber donde estaba mi familia y que carajos estaba pasando. Comencé a sentirme cansada, ida, no podía respirar bien y lo único que quería hacer era descansar. Me caí sobre mis rodillas y como pude grite: Sálvate tú y déjame aquí.

Esa persona misteriosa me respondió:
- No puedo dejarte aquí Jane, ya pronto estarás a salvo.- Pero esa voz yo la conocía, no recordaba de donde, pero la conocía muy bien de un lugar lejano pero familiar.

No pude caminar más, así que él me tomo en sus brazos y me desmaye. Lo único que pensaba era que yo conocía a ese "él", pero ¿ por qué estaba en la marcha? y ¿cómo me reconoció?

No se cuanto tiempo pasó antes de que me despertará, sólo se que cuando lo hice mi abuela y sofi estaban junto a mi. Estaban perfectamente, pero los recuerdos comenzaron a volver a mi mente y me sentí mariada y confundida.

- ¿qué paso? ¿donde estamos? ¿como llegamos aquí? - comencé a decirles como si las palabras me controlaran, de pronto mi mente tuvo un recuerdo fugaz y pensó en voz alta - ¿donde esta él?

-tranquila jane - dijo la abuela - Estamos bien, estamos en una bodega cerca del parque donde tenían las organizadoras todo guardado para a marcha de hoy, como estaba vacía la orden fue traernos aquí.

- Y lo que pasó fue que ciertos grupos de muchachos PENDEJOS les dio por comenzar a lanzarnos gas pimienta, como los que lanzan los policías, pero las organizadoras estaban muy bien resguardadas y capturaron a los chicos mientras llegaron ambulancias que ayudaran a las personas que se quedaron atrapadas en la nube de gas - dijo sofi con un atisbo de ira pero feliz de que estuviéramos a salvo.

Cuando me pude sentar vi que estábamos cientos y cientos de personas en la bodega mientras afuera los bomberos intentaban con sus mangueras dispersar las nubes de gas para que pudiéramos salir. Me sentí feliz de ver que por más de que intentaron agredirnos no pudieron con nosotras, no pudieron dañarnos y que los implicados pagarían por lo que hicieron.

Pero el volvió a mi cabeza, no podía recordar de donde conocía esa voz, pero sabía que lo conocía de algún lugar, sólo que su cara no llegaba a mi. Fui a preguntar de nuevo por él cuando escuche su voz a mi
espalda. Me gire de golpee y ahí estaba él. ¿Cómo no lo recordé antes? Era Sebastián, estudiábamos juntos en la universidad, nos la llevábamos muy bien pero no lograba comprender que hacía ahí.

- Veo que estas despierta, ¿ como te sientes? - me dijo sonriendo levemente
- La verdad un poco magullada, pero tengo que agradecerte, salvaste mi vida, te debo mucho
- No fue nada, tan sólo te vi perdida entre la multitud, estabas como en shock y tuve que ir a ayudarte.
- oye pero - le dije intentaando unir las ideas - ¿cómo sabías que debíamos llegar aquí?

comencé a imaginarme planes macabros como que sebastián estaba involucrado, o que de pronto estaba siendo un chivo expiatorio hasta que todo se salió de control, o incluso que él quería hacerme daño hasta que lo vieron y tuvo que traerme aquí.

- Lo dijeron por los parlantes, las organizadoras comenzaron a guiar a todas las personas a esta bodega - dijo con total honestidad.
Yo le encontré sentido a la historia, pero una parte de mí se tuvo que haber mostrado decepcionada porque añadió:

- Además porque mi hermana es una de las organizadoras - lo mire con los ojos sorprendida, supongo que eso quería ver porque se rió un poco - Sabía que eso te iba a impresionar. Sí, soy hermano de Sara de hecho. Espero no te ofendas pero ella me contó lo que sucedió con tu familia, por eso sabría que estarías ahí. Y ella me preguntó un poco sobre ti, tenía curiosidad sobre que clase de persona eras, aprovechando que yo te conocía.