Hay algo mágico en las primeras veces. El primer paso, el primer beso, la primera vez que te atreviste a hacer algo que antes parecía imposible.
Las primeras veces no son perfectas .A menudo vienen con tropiezos, con errores y risas nerviosas, pero también están llenas de esa chispa única, esa mezcla de miedo y emoción que nunca vuelve a sentirse igual.
¿Recuerdas tu primera victoria? Tal vez fue pequeña: aprender a montar en bicicleta, ganar un juego, o simplemente levantarte después de caer. No importa qué tan grande o pequeño haya sido, ese momento marcó un antes y un después.
Con el tiempo, las primeras veces se vuelven menos frecuentes. Nos acostumbramos a lo conocido, a lo cómodo. Pero, ¿qué sería de la vida si dejaramos de buscar lo nuevo? Si nos conformáramos solo con lo seguro, ¿cuántas historias nos quedarían por contar?
Atrévete. Haz algo por primera vez hoy. No tiene que ser grandioso ni perfecto. Llama a alguien que hace tiempo no ves, prueba un platillo que nunca has comido, o simplemente camina por un camino distinto.
Porque las primeras veces son semillas de cambio. Y cada vez que te atreves a algo nuevo, le das a la vida una razón más para sorprenderte.