Rusia enfrenta una crisis demográfica agravada por la guerra en Ucrania, la pandemia y un descenso sostenido en la tasa de natalidad. En respuesta, la Duma Estatal aprobó una ley que prohíbe la "propaganda child-free", restringiendo cualquier expresión pública o privada que promueva la decisión de no tener hijos .
La nueva ley no solo busca aumentar la natalidad, sino también consolidar un discurso ideológico contra Occidente, según líderes como Vyacheslav Volodin. Aunque desde 2016 las muertes superan a los nacimientos en Rusia, las restricciones impuestas, como esta nueva ley, han sido criticadas por mujeres que señalan que la solución debe pasar por mejorar las condiciones de vida y la estabilidad económica, en lugar de imponer sanciones o censurar elecciones de vida alternativas. Analistas demográficos como Alexey Raksha consideran que estas políticas tienen más un carácter político que demográfico, mientras el desafío de revertir el declive poblacional sigue sin resolverse.
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