Me cuesta aprender que me tengo que querer yo, no nadie más. Me cuesta aprender que valgo más de lo que pienso .Que hay actitudes que no puedo dejar pasar. Que no soy el segundo plato de nadie. Que conmigo misma me vale. 

El problema es que me da miedo quedarme sola. No sola sin amigos, o sin nadie alrededor. Sino, conmigo misma. Me da miedo tener conversaciones y preguntarme qué quiero de verdad. Me da miedo no saber que quiero. O no saber qué siento. En las encuestas, cuando la pregunta es cuanto me entiendo a mi misma, a mis sentimientos, a mis actos, la respuesta es NADA. Cuando la pregunta es cuanto me quiero a mi misma, a mis manías, actitudes y pensamientos, la respuesta es POCO. Cuando la pregunta es cuanto conozco a otras personas, cuanto entiendo sus sentimientos, sus actos, la respuesta es BASTANTE. Cuando la pregunta es cuanto me gustaría tener esos conocimientos pero sobre mi misma, en la vida general, la larga, la respuesta es MUCHO. Cuando la pregunta es cuanto daría por conocerme, por saber quien soy, y cuando lo averigüe, quererme mucho, la respuesta es TODO.

Soy más observadora con la gente de fuera que conmigo. Se cual es el gesto que hace cierta persona cuando está nervioso, cuando está contento o cuando está perdido. Sin embargo, no se que gestos hago, pero me gustan pocos no se que cara pongo cuando diferentes emociones me azotan, pero no me gusta nada. No me conozco a secas, pero me da igual. 
En verdad no, pero no quiero conocerme, me da miedo ver algo que no me gusta, ver algo malo, ver algo que no pueda querer, como esa gente que no me ha querido o no ha sido capaz. Huyo de mi misma cada vez que tengo la mínima oportunidad, y ha dejado de importarme. Pero no a mi, no a la real, no a la que no conozco. Sino a la que se deja manipular, hace de hazmereir, no dice nada si sabe que le están dando de lado y se va en silencio. Esa que yo no conozco me dice que quiere hacer ruido, que se va pero porque vale mucho, no porque ellas no la quieran y tenga que conformarse con poco.

Me dice muchas cosas, no hago caso a ninguna. Quizá debería. Debería quererme. Conocerme. Verme. Me ven todos, pero no me interesan sus ojos, me interesan los míos. Los ojos no mienten. Yo lo hago mucho. Es hora de gritar verdades y no poder rebatirlas. Es hora de hacer ruido.