Aunque parezca que podemos realizar múltiples tareas al mismo tiempo, en realidad el cerebro solo se enfoca en una cosa a la vez .
La percepción visual no capta toda la información del campo visual, ya que el cerebro "rellena" puntos ciegos y usa la memoria y el contexto para crear una imagen coherente. En realidad, estamos viendo mucho menos de lo que creemos.
La memoria humana es susceptible a distorsiones y errores. No somos capaces de recordar cada detalle de eventos pasados con exactitud; en cambio, reconstruimos recuerdos que pueden cambiar con el tiempo o estar influenciados por nuevas experiencias.
El cerebro está programado para prestar atención a estímulos en el entorno, incluso de forma inconsciente. Por ejemplo, en lugares ruidosos, podemos centrarnos en una conversación, pero seguimos siendo conscientes de los sonidos alrededor (efecto “cóctel”).
Nuestro sentido del tiempo es subjetivo y puede ser afectado por factores como emociones, experiencias y fatiga. Esto significa que podemos subestimar o sobreestimar la duración de un evento, lo que hace que el tiempo sea difícil de medir con precisión.
Los humanos no pueden mantener una atención plena en algo durante un período muy prolongado sin distracciones, especialmente con estímulos constantes alrededor. Esto es parte de nuestra biología, ya que el cerebro está diseñado para detectar cambios y amenazas en el entorno.
Aunque parece que tenemos una capacidad ilimitada para recordar, la memoria tiene limitaciones en cuanto a la cantidad de información que podemos almacenar a lo largo de nuestra vida. Esto es evidente cuando olvidamos información poco utilizada o reemplazamos recuerdos con nueva información.