J. Robert Oppenheimer "El Proyecto Manhattan y la bomba atómica"  parte 2
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La Segunda Guerra Mundial fue un punto de inflexión en la vida de Oppenheimer. En 1942, durante la guerra, el gobierno de los Estados Unidos, preocupado por la posibilidad de que la Alemania nazi pudiera desarrollar una bomba atómica, creó el Proyecto Manhattan .

Este proyecto secreto tenía como objetivo el desarrollo de una arma nuclear antes que los nazis.


 


Oppenheimer fue reclutado para dirigir la investigación en el Laboratorio de Los Álamos, en Nuevo México, donde se reuniría a los mejores científicos de la época para trabajar en la construcción de una bomba atómica. Oppenheimer se encargó de organizar el equipo y lideró los esfuerzos de manera excepcional. Aunque su estilo de liderazgo fue a menudo descrito como algo impredecible y difícil, sus habilidades organizativas y científicas lo convirtieron en el candidato ideal para el puesto.


 


En 1945, bajo la dirección de Oppenheimer, el equipo de Los Álamos logró diseñar y construir la primera bomba atómica. El 3 de julio de 1945, se realizó la primera prueba nuclear exitosa en el desierto de Alamogordo, Nueva México. La explosión, conocida como "Trinity", marcó un hito en la historia de la humanidad y fue el comienzo de la era nuclear.


 


El uso de la bomba atómica y el impacto


 


Solo un mes después de la prueba de Trinity, el 6 de agosto de 1945, Estados Unidos lanzó la primera bomba atómica sobre Hiroshima, Japón. Tres días después, el 9 de agosto de 1945, se lanzó otra bomba sobre Nagasaki, lo que resultó en la muerte de cientos de miles de personas y ayudó a poner fin a la Segunda Guerra Mundial.


 


Aunque Oppenheimer y el equipo de Los Álamos habían trabajado para crear una arma destinada a acelerar el fin de la guerra, la devastación causada por las bombas dejó a Oppenheimer profundamente perturbado. En una famosa cita, tras ver el primer estallido de la prueba nuclear, Oppenheimer recordó las palabras de un verso hindú del Bhagavad-gītā: “Ahora me he convertido en la muerte, la destructora de mundos”. Estas palabras reflejan su sentimiento de culpa y conflicto moral sobre el uso de la bomba atómica.


 


El período de la posguerra y las tensiones políticas


 


Después de la guerra, Oppenheimer se convirtió en una figura influyente en la política científica de Estados Unidos. Fue nombrado presidente del Comité Asesor General de la Comisión de Energía Atómica de los Estados Unidos (AEC), y ayudó a formular políticas relacionadas con la energía nuclear y el control de armas.


 


Sin embargo, la Guerra Fría y la creciente amenaza de la unión soviética trajeron nuevas tensiones. Oppenheimer, conocido por su postura moderada en cuanto al control de armas nucleares y su oposición a la escalada de armas nucleares, se convirtió en blanco de los ataques del senador Joseph McCarthy y otros miembros del gobierno estadounidense, que lo acusaron de tener simpatías comunistas debido a sus vínculos pasados con personas de izquierda.


 


La "caída" de Oppenheimer


 


En 1954, Oppenheimer fue convocado a una audiencia de seguridad por la Comisión de Energía Atómica (AEC), que le revocó su autorización de seguridad, esencialmente destruyendo su carrera en el gobierno y la política científica de alto nivel. La audiencia se centró en su oposición a la construcción de una bomba de hidrógeno (la "superbomba") y sus presuntos vínculos con el comunismo, en particular con su hermano Frank Oppenheimer, quien había tenido simpatías comunistas en el pasado.


 


A pesar de que Oppenheimer fue una figura crucial en el desarrollo de la bomba atómica, el proceso de revocación de su autorización de seguridad fue un golpe devastador para su reputación, y fue visto como una víctima de la paranoia anticomunista de la época.


 


Últimos años y legado


 


Después de la revocación de su autorización de seguridad, Oppenheimer se retiró de la vida pública. Pasó sus últimos años trabajando como profesor de física en la Universidad de California, Berkeley, pero nunca volvió a ser una figura prominente en la ciencia o en la política nuclear. Murió el 18 de febrero de 1967, a los 62 años, debido a un cáncer de garganta.


 


El legado de Oppenheimer es complejo. Por un lado, fue fundamental para la creación de la bomba atómica y la victoria en la Segunda Guerra Mundial. Por otro lado, sus remordimientos por la destrucción masiva causada por su creación y su lucha con las implicaciones morales de la guerra nuclear lo convirtieron en una figura trágica. Su vida refleja los dilemas éticos y las tensiones de una era marcada por avances científicos sin precedentes y un cambio radical en las relaciones internacionales.


 


El legado y la controversia


 


Hoy en día, Oppenheimer es una figura de enorme controversia: es recordado tanto como un héroe que ayudó a terminar la Segunda Guerra Mundial como una víctima de las luchas políticas de la Guerra Fría. Su trabajo dejó una huella indeleble en la historia de la ciencia y la tecnología, pero también abrió el debate sobre los límites éticos de la ciencia y el poder destructivo del hombre.


 


 

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