Los flamencos son aves altas y elegantes conocidas por su característico color rosado y sus largas patas. Este color proviene de los carotenoides en su dieta, ya que se alimentan de pequeños crustáceos y algas que contienen estos pigmentos .A medida que los flamencos digieren estos alimentos, los pigmentos se descomponen y terminan depositándose en sus plumas y piel, dándoles su distintivo color. Dependiendo de su alimentación y especie, pueden variar entre tonos rosados, rojizos y anaranjados.

Existen seis especies de flamencos en el mundo, distribuidas en América, Europa, África y Asia. Los flamencos chilenos, andinos y de James habitan principalmente en Sudamérica, mientras que el flamenco común se encuentra en Europa, Asia y África. En el Caribe y otras áreas de América del Norte habita el flamenco americano o caribeño. Cada una de estas especies tiene adaptaciones específicas a sus entornos y diferencias sutiles en tamaño y coloración, pero todas conservan el mismo aspecto esbelto.

Los flamencos tienen una técnica de alimentación única llamada "filtración". Con sus picos especializados, los flamencos revolotean el agua y el lodo con sus patas para levantar los sedimentos. Luego, bajan su cabeza al agua y, utilizando sus picos en una posición invertida, filtran los alimentos. Su lengua actúa como una bomba que impulsa el agua hacia afuera mientras retienen los nutrientes. Este mecanismo es eficiente para capturar organismos diminutos, como el plancton y las algas, que componen su dieta.

Una de las características más fascinantes de los flamencos es su comportamiento social y sus impresionantes exhibiciones grupales. Estas aves suelen vivir en grandes bandadas, que pueden alcanzar cientos o miles de individuos. Esta vida en comunidad les proporciona protección contra depredadores y aumenta sus oportunidades de apareamiento. Durante la época de reproducción, los flamencos realizan danzas sincronizadas, donde mueven sus cuellos y alas en coreografías grupales para atraer parejas.

Además, los flamencos son aves longevas que pueden vivir hasta 50 años en estado silvestre y algo más en cautiverio. Son animales muy resistentes que pueden habitar en áreas con alta salinidad y temperaturas extremas, como salares y lagunas alcalinas, donde pocas otras especies pueden sobrevivir. Aunque sus poblaciones han disminuido en algunas regiones debido a la pérdida de hábitat y otros factores, muchos flamencos aún prosperan en zonas protegidas y reservas naturales.