El murmullo de la oscuridad ??
7 Nov, 2024
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Había una vez un joven llamado Leo, quien adoraba las aventuras y lo desconocido. Vivía en un pequeño pueblo rodeado de bosques y antiguos relatos de fantasmas y seres oscuros .

Una noche, mientras exploraba con sus amigos, escuchó la historia de una casa abandonada al final de un camino, oculta entre árboles retorcidos. Se decía que nadie que hubiera pasado una noche allí había vuelto igual… o incluso, había vuelto.




Convencido de su valentía, Leo decidió pasar la noche en la casa solo, desafiando a cualquiera que dijera que era peligroso. Con una linterna y su mochila, se dirigió a la mansión. La casa era tan tétrica como le habían contado. Ventanas rotas, paredes desconchadas y un extraño olor a humedad que parecía flotar en el aire. Sin embargo, lo que más le llamó la atención fue el silencio absoluto. Ni siquiera los grillos cantaban cerca de la casa.




Leo se adentró, y el crujido del suelo bajo sus pies resonaba en cada rincón. Sentía que lo observaban. Intentó ignorar la sensación y se sentó en lo que parecía una antigua sala de estar, tratando de distraerse con un libro polvoriento que encontró en un estante. Las páginas estaban casi en blanco, excepto por unas pocas frases en una lengua que no entendía. El texto parecía fluir y cambiar de lugar ante sus ojos. Algo no estaba bien.




De repente, un murmullo rompió el silencio. Venía de lo alto de la escalera. Pensando que sería su mente jugando con él, Leo ignoró el sonido y continuó leyendo. Pero el murmullo se transformó en pasos… lentos, pesados, bajando uno a uno, cada vez más cerca. La linterna comenzó a parpadear, y el pánico se apoderó de él. No estaba solo.




De pronto, los pasos se detuvieron. En el umbral de la puerta apareció una figura oscura, sin rostro, con una silueta apenas distinguible. La temperatura cayó en picada. Leo intentó moverse, pero el miedo lo paralizaba. La figura se acercó lentamente, y un olor penetrante a tierra mojada invadió el aire. Al estar a unos centímetros de él, susurró su nombre con una voz que no parecía humana.




Leo soltó un grito, pero su voz apenas resonó. Se levantó de golpe y corrió hacia la salida. La puerta principal parecía alejarse más con cada paso que daba, como si la casa misma no quisiera dejarlo escapar. Justo cuando la figura estaba por alcanzarlo, Leo logró abrir la puerta y salir, cayendo al suelo del jardín.




Al día siguiente, sus amigos lo encontraron desorientado, con la mirada perdida. No recordaba nada, salvo ese murmullo que lo llamaba. Desde entonces, a veces lo ven murmurando solo, en esa lengua extraña, con la mirada fija en el horizonte…

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janaury17 57 puntos 7 Nov, 2024 janaury17 57 puntos
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7 Nov, 2024
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